La dislipidemia en niños
1 Octubre 2022
La dislipidemia o hiperlipidemia en niños y adolescentes, es un grupo de trastornos que se caracterizan por una producción excesiva o aclaramiento disminuido de lipoproteínas séricas.
Puede ser:
-Primaria: de origen genético o hereditario.
-Secundaria: asociada a algunas enfermedades o malos hábitos de alimentación.
Se diagnostica midiendo las concentraciones del perfil lipídico en sangre; colesterol total, triglicéridos, VLDL; HDL; LDL y sus relaciones.
Debido al confinamiento causado por la pandemia, muchos niños modificaron su estilo de vida, pasando más tiempo frente a la tecnología que jugando en un espacio libre, esto más el exceso de alimentos procesados altos en grasa, ha llevado a que se modifiquen en muchos de ellos los valores del colesterol total o el LDL.
Un exceso de panificados, galletitas, jugos en cajas o gaseosas no solo puede elevar la glucosa en sangre produciendo una tendencia a la suba del azúcar o una prediabetes, también eleva los triglicéridos en el organismo.
La falta de ejercicios y el bajo consumo de omega-3 colabora en mantener el HDL disminuido. Tenemos que recordar que el HDL, o mejor llamado colesterol bueno (porque hace el trabajo de retirar la grasa que queda pegada en las paredes arteriales), es el único que debe estar siempre por arriba de lo deseado.
Signos y síntomas
La dislipidemia no suele dar síntomas por sí misma, pero puede ocasionar enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, intolerancia a la glucosa o diabetes, como complicaciones asociadas.
El registro periódico del peso, la talla y la circunferencia de cintura, acorde a la edad correspondiente, nos brindan una idea de lo que ocurre en el niño. En pandemia, la suba de peso en un corto tiempo colaboró con la modificación de los valores lipídicos en muchos niños y adolescentes.
Prevención
Podemos prevenirla con una alimentación balanceada; el consumo de frutas y verduras es indispensable; un buen aporte de omega-3 consumiendo pescado 1 vez a la semana o aceite de oliva. El ejercicio físico cobra un papel importante, incentivar constantemente a las niños/as a que no pasen mucho tiempo frente a la tecnología, que jueguen, bailen salten constantemente, de ser posible al aire libre para obtener una buena carga de vitamina D.
El consumo de agua es otro punto importante; los jugos no sustituyen el agua, deben consumir agua y dejar los jugos naturales para 1 o 2 veces al día.
El semáforo de los alimentos
Es un buen método para entender cuáles son los alimentos que colaboran en la elevación de los valores, y consumirlos según el color, es una forma de crear consciencia.
Los que se encuentran en el grupo rojo debemos consumir lo menos posible, 1 vez a la semana o menos.
Los amarillos con mayor frecuencia y los verdes libremente, ya sea por el valor calórico, por el aporte de nutrientes o porque pueden elevar el colesterol y los triglicéridos.
Rojo |
Amarillo |
Verde |
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Lic. Rosanna Molas
Nutricionista, Esp. en Alimentación Materno-Infantil
Reg. Prof.: 446