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Noche de navidad

La cena de Noche Buena es una ocasión en la que nos proponemos pasar un momento lindo, divertido, familiar, íntimo; pues es uno de los eventos más importantes y esperados del año, por lo que requiere especial organización y planificación.

En primer lugar, debemos fijar el número de asistentes (una cosa es organizar una reunión para 10 personas, y otra muy distinta para 40 o 50) para ello, tendremos en cuenta la capacidad del lugar donde se piensa celebrar y el presupuesto que se quiera gastar.

Un buen inicio para la organización sería empezar con las invitaciones. Estas deben hacerse a finales de noviembre o a principios de diciembre, detallando el horario, si es necesario indicar la vestimenta establecida, si llevar o no llevar regalos; especificar el lugar y pedir confirmación de asistencia en una fecha determinada, entre el 8 al 13 de diciembre por ejemplo. Esto nos dará tiempo para realizar todas las compras necesarias.

Plantear el menú para la cena de Navidad

Para el clima de nuestra región y esta época de mucho calor, la mejor opción son los platos fríos y livianos, en la que no pueden faltar el pavo, el pollo, la carne de res y de cerdo acompañados de ensaladas que resulten atractivas, refrescantes y muy apetitosas. Recordar además, que la comida fría se puede preparar con anterioridad suficiente para que no tengamos más trabajo que disponerla en la mesa.

Las bebidas

Elegir las bebidas en función del menú. Es importante incluir también bebidas sin alcohol o comprar jugos de frutas naturales y hacer un cóctel de jugos para ofrecer una opción interesante a los que no beben alcohol. No nos olvidemos de comprar bebidas que deben acompañar a los aperitivos y el champagne o sidra para el postre.

Decoración

Hoy día es muy fácil adornar una mesa de Navidad con imaginación, y es una tarea que suele gustar a los adolescentes. Comprar velas para la mesa, servilletas de papel de navidad, hacer un centro de mesa con plantas típicas de navidad, usar manteles y servilletas de colores rojo y verde (colores tradicionales de estas festividades), son complementos ideales para dar el toque perfecto.

Regalos

La tradición de intercambiar regalos nos permite pasar lindos instantes junto a nuestras familias, pero es bueno recordar también que es la promotora de muchas preocupaciones innecesarias.

Cada año, la suma invertida en los regalos de Navidad se hace más grande, las listas de regalos de los niños y adolescentes cada vez son más extensas y, en vez de conmemorar el verdadero sentido de las fiestas de Navidad, la conducta de regalar provoca frustraciones, producto de las limitaciones económicas de cada familia.

No sería mala idea descubrir para este año qué sentido queremos darle a esta fecha tan importante que es la Navidad y optar por regalar un sentimiento o un buen deseo para cada uno de los miembros de la familia, podría ser una excelente forma de reconciliarnos con la espiritualidad tan olvidada. Regalar perdón a aquel con quien estamos enfrentados o distanciados, proporcionar risas para quienes pasan por un período difícil, son pequeñas muestras de afecto que nos conectan con la esencia misma del otro.

Recuerde: en estas fiestas de Navidad, para los buenos momentos, gratitud… para los malos, mucha esperanza… para cada día, una ilusión.

Y siempre… siempre… felicidad (Mary Carmen).

Hasta la próxima entrega…